viernes, 9 de noviembre de 2012

Cartas de amor de Juan Rulfo

"Desde que te conozco, hay un eco en cada rama que repite tu nombre; en las ramas altas, lejanas; en las ramas que están junto a nosotros, se oye. Se oye como si despertáramos de un sueño en el
alba. Se respira en las hojas, se mueve como se mueven las gotas del agua.
Clara: corazón, rosa, amor. 
Junto a tu nombre el dolor es una cosa extraña.
Es una cosa que nos mira y se va, como se va la sangre de una
herida; como se va la muerte de la vida. Y la vida se llena con tu nombre:
Clara, claridad esclarecida. Yo pondría mi corazón entre tus manos sin que él se
rebelara. No tendría ni así de miedo, porque sabría quién lo tomaba. Y un
corazón que sabe y que presiente cuál es la mano amiga, manejada por otro
corazón, no teme nada. ¿Y qué mejor amparo tendría él, que esas tus manos, Clara?
He aprendido a decir tu nombre mientras duermo. Lo he aprendido a
decir entre la noche iluminada. Lo han aprendido ya el árbol y la tarde... y el
viento lo ha llevado hasta los montes y lo ha puesto en las espigas de los
trigales. Y lo murmura el río... Clara:
Hoy he sembrado un hueso de durazno en tu nombre".

Cartas de amor de Juan Rulfo a Clara Aparicio
*Juan Rulfo conoce a Clara Aparicio, quien sería su esposa de toda la vida, en 1944, cuando ella apenas tenía trece años y él 27. En sus cartas Rulfo, además de revelar aspectos de su personalidad, cuenta cómo se gestaron sus obras maestras 'Pedro Páramo' y 'El llano en llamas'.

@raknida

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