miércoles, 28 de noviembre de 2012

La sangre de tuna... la cochinilla grana.

La grana cochinilla (Dactylopius coccus) es un insecto parásito del nopal. Del cuerpo desecado de la cochinilla hembra se obtiene el ácido cármico, colorante rojo.  Durante la Colonia, con la introducción de la lana se incrementó el uso de la grana cochinilla, ya que de ella se obtiene el color más intenso y se fija más firmemente en los textiles de lana que en los de origen prehispánico como algodón o fibras de agaves o yucas.   No obstante lo laborioso de la cría de este insecto, la habilidad y paciencia de los indígenas posibilitaron la expansión del producto. El mercado europeo, al descubrir las cualidades de este tinte, pronto incrementó su demanda. El rojo cármico se convirtió en una fuerte competencia para los colorantes europeos, pues con él se teñía la ropa de reyes, nobles y del clero. Incluso se utilizaba para pintar artesanías y tapices. Como producto de exportación, salía del puerto de Veracruz hacia Europa entrando por España, y de ahí a distintos destinos; la grana llegaba a Rusia y hasta a la misma Persia.   Del puerto de Acapulco zarpaba la Nao de China rumbo a las Filipinas cargada de productos valiosos, entre ellos la grana cochinilla que abastecía los mercados de oriente. De hecho, junto con el oro y la plata formaba parte de los principales productos de exportación de la Nueva España.   Sahagún nos refiere cómo, desde los inicios de la Colonia, la comercialización de la grana se expandió por el mundo:
 
"Esta grana es conocida en esta tierra y fuera de ella; llega hasta la China y hasta Turquía casi por todo el mundo es preciada y tenida por mucho. A la grana que ya está purificada y hecha en panecitos, llaman grana recia, o fina; véndenla en los tianguis, hecha en panes, para que la compren los pintores y tintoreros”.

El decaimiento de la producción de la  grana vino con la aparición de tintes artificiales descubiertos en Europa a finales del siglo XIX.   El trabajo manual, laborioso y delicado de la cría del insecto no podía competir con la nueva industria, y menos aún con el abatimiento de los costos de producción. El tinte de la “sangre de tuna” entró en desuso y desaparición casi total durante el siglo xx. Oaxaca fue el más afectado, y desde entonces la cría de la grana cochinilla se conserva más por la fuerza de la tradición que por la demanda del mercado".

Fuente: Octavio Hernández. "México desconocido", 2001.

@raknida


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